Luis de la Fuente, el carismático entrenador que ha llevado a La Roja a la final de la Eurocopa 2024, está dando mucho que hablar por sus logros en tan solo año y medio. Gran parte de su éxito reside en el gran conocimiento que tiene de sus jugadores, a los que conoce de las categorías inferiores.
Sin dar mucho que hablar, el actual seleccionador ha ido ascendiendo de categoría y, antes de coger las riendas de la selección Absoluta a finales de 2022, dirigió en la sub-19 y sub-21 a jugadores como Unai Simón, Mikel Merino, Fabián Ruiz, Mikel Oyarzabal y Dani Olmo, grandes protagonistas del torneo que se está celebrando en Alemania.
Los cinco se proclamaron campeones del europeo sub-21 celebrado en Italia en 2019 bajo las órdenes de De la Fuente y de aquella lista de convocados se cayó, por decisión técnica, un jovencísimo Marc Cucurella, que aquel verano abandonaría las filas del Barcelona para marcharse cedido al Getafe.
Pero el de Alella pudo resarcirse dos años después cuando, esta vez, el técnico le convocó con la selección sub-23 para disputar los Juegos Olímpicos, donde se alzaron con la plata olímpica. En ese equipo volverían a figurar los nombres de Unai Simón, Mikel Merino, Oyarzabal y Dani Olmo y se sumarían Zubimendi y Pedri.
Del mismo modo, la confianza depositada en Unai Simón, Mikel Merino y Rodri Hernández va más allá y se remonta a la primera etapa del míster riojano a los mandos de la sub-19, ganadora del europeo de 2015.
De la Fuente está demostrando que no ha dejado nada al azar, que el resultado y el cambio de cara radical de su selección no es algo fruto de la suerte y que se basa en un trabajo realizado durante casi una década en categorías inferiores que hoy está dando sus frutos en la Absoluta y que ha vuelto a enganchar a la afición con, quién sabe, si los próximos campeones de Europa.
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